por Redacción
Con la firma del director de la Carrera de Economía, Sebastián Katz, el director del Departamento Economía, Javier Curcio, la vicedirectora de la Carrera de Economía, Jimena Ferraro, y el director del Instituto Interdisciplinario de Economía Política, Andrés López, la Facultad de Economía de la UBA dijo: “en el día de ayer, en el marco de su presentación en el Foro de las Américas, el Presidente de la Nación se refirió en términos peyorativos y fundamentalmente falsos a la carrera de Economía de la Universidad de Buenos Aires. Afirmó, por un lado, que en nuestra carrera -una de las más prestigiosas del país desde su creación en 1958, y en la que se han formado numerosas camadas de destacados economistas de todas las extracciones teóricas y políticas- “lavamos el cerebro” de los estudiantes. Por otro lado, sugirió que en nuestros cursos sólo se dicta la teoría marxista y se omite el estudio de diversos autores de la economía austríaca que, según sus propias declaraciones, el Presidente considera la única en condiciones de brindar herramientas adecuadas para la comprensión del funcionamiento de las economías contemporáneas”.
“Nada más alejado de la realidad. Con sólo interiorizarse mínimamente de las cuestiones a las que se refiere con total liviandad, el señor Presidente habría podido apreciar lo inexacto de sus afirmaciones. La currícula y los contenidos, la bibliografía que se utiliza y los métodos de enseñanza de la carrera de Economía de la UBA son muy similares a los que se dictan e imparten en las principales universidades del planeta. Asimismo, en línea con una larga tradición que se remonta a la Reforma Universitaria, en nuestra carrera predomina una amplia libertad de cátedra y de pensamiento, sujeta sin embargo a rigurosos contenidos mínimos curriculares que destacados docentes respetan en sus cursos, más allá de la eventual diversidad de sus enfoques y aproximaciones teóricas. Por otro lado, esos docentes son elegidos a través de mecanismos de concurso de carácter público y abierto, en base a sus antecedentes y su capacidad didáctica y pedagógica evaluada a través de pruebas de oposición a las cuales puede asistir toda persona interesada” indicaron.
Agregan: “tenemos que destacar, adicionalmente, que los autores de la escuela austríaca que el señor Presidente afirma se ignoran en nuestra Facultad son motivo de estudio profundo en los cursos de la materia Historia del Pensamiento Económico que compone el plan obligatorio de la licenciatura, y que existe una asignatura optativa dedicada exclusivamente al tema con una larga tradición en nuestra casa de altos estudios; también se trata el tópico en cursos de la materia Epistemología de la Economía y transversalmente en los contenidos de otras materias a lo largo de la formación. Cabe aclarar, para el público no interiorizado en la cuestión, que el hecho de que exista esa asignatura evidencia, en contra de las afirmaciones del señor Presidente, el carácter plural de nuestra carrera, ya que en las principales universidades del mundo el estudio de las ideas de la corriente austríaca tiene, en el mejor de los casos, un lugar marginal en las currículas de las carreras de Economía. Del mismo modo, la aproximación de la escuela marxista, lejos de constituir el núcleo de la currícula como inexactamente afirma el Presidente, se estudia (al igual que la escuela austríaca) en la revisión de las diversas corrientes del pensamiento económico y luego en el marco de una materia optativa que los estudiantes interesados en dicho enfoque pueden elegir dentro de una amplia oferta de cursos disponibles”.
“Tomando en cuenta lo anterior parece claro que la acusación de “lavado de cerebro” -una afirmación que desconoce la libertad de cátedra que rige en nuestra carrera y la pluralidad de opiniones y enfoques fundados en un apego riguroso a los métodos de validación empírica de las proposiciones científicas en nuestra disciplina – sólo refleja un talante profundamente autoritario y esencialmente sospechoso del juicio crítico de nuestros estudiantes”, indicaron.
“Frente a tantas falsedades una pregunta relevante es considerar qué es lo que motiva al señor Presidente a atacar en forma injustificada a la educación pública y a nuestra carrera en particular. ¿Se trata de meros prejuicios, de fanatismo ideológico, de pura ignorancia? ¿O, es más bien una actitud que tiene que ser leída en el marco más general del ataque de la actual administración a todas las actividades que se desarrollan en el ámbito de las instituciones del sistema de investigación y enseñanza universitaria y que se manifiesta, entre otras acciones, en el congelamiento nominal de su presupuesto en un contexto de muy alta inflación? Sólo el tiempo lo dirá, pero la comunidad académica de nuestra carrera quiere hacer saber que responderá a estos ataques injustificados haciendo lo que siempre hicimos: enseñando e investigando para continuar brindando una formación de excelencia a nuestros estudiantes”, concluyeron.